El Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Padilla, denunció los efectos devastadores del bloqueo estadounidense en la isla en relación con las afectaciones al a la red eléctrica cubana.

Rodríguez afirmó que los daños económicos ocasionados en solo 18 días de bloqueo equivalen al costo anual del mantenimiento del Sistema Electroenergético Nacional, que se estima en alrededor de $250 millones.

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“Si el gobierno de EE. UU. quisiera realmente apoyar al pueblo cubano, lo haría levantando el bloqueo, lo que permitiría evitar los constantes apagones que sufrimos”, aseveró.

Al mismo tiempo, calificó de «desvergonzadas» las declaraciones del Gobierno del país norteamericano y señaló que las mismas «revelan su sentimiento triunfalista por impacto del bloqueo sobre el sistema electroenergético de Cuba.»

Rodríguez Padilla también destacó que el sistema eléctrico se va recuperando con apoyo popular. «Malas noticias para el Departamento de Estado y sus voceros anónimos y bocinas tóxicas», expresó el canciller.

Y refutó las afirmaciones del gobierno estadounidense sobre las exportaciones humanitarias a Cuba. “Es una mentira que se haya autorizado $100 mil millones en ayuda humanitaria. La realidad es que se obstaculizan incluso las pequeñas donaciones solidarias. ¿Se les fueron los ceros o simplemente se están burlando?”, cuestionó, enfatizando que el verdadero apoyo al pueblo cubano radica en el levantamiento del bloqueo que agrava la crisis energética.

En la misma línea, el viernes la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA-TCP) responsabilizó a Estados Unidos por los apagones de los últimos dos días en Cuba, una situación que es producto de la «persecución financiera» de Washington contra la isla, según se advierte en un comunicado del bloque difundido este sábado por el Gobierno venezolano.

La organización -integrada por Cuba, Bolivia, Nicaragua, Dominica, Antigua y Barbuda, San Vicente y las Granadinas, San Cristóbal y Nieves, Granada, Santa Lucía y Venezuela- expresó su «más firme y contundente solidaridad con el pueblo y gobierno cubanos, ante la situación energética coyuntural».

«La compleja situación que hoy vive esta digna nación es consecuencia de la guerra económica, de la persecución financiera y a los suministros de combustible por parte de la administración estadounidense, que busca asfixiar a Cuba en su compromiso con el bienestar del pueblo», señaló el ALBA-TCP

Actualización de la situación en la isla

La situación eléctrica en Cuba en tanto reporta avances «significativos» en el proceso de restauración. La Comisión Técnica Energética (CTE) de Santa Cruz ha reiniciado operaciones y se trabaja para conectar la CTE Mariel.

Según el ingeniero Lázaro Guerra, director de Electricidad del Ministerio de Energía y Minas, el microsistema en la zona central se mantiene estable, mientras que se están realizando esfuerzos para reiniciar la CTE Guiteras y la CTE Nuevitas, alimentadas por el micro sistema de Camagüey.

Guerra también destacó que, a diferencia de episodios anteriores de apagones, esta vez la disponibilidad de combustibles es más limitada, aunque se espera una recuperación gradual. En la actualidad, el país tiene 370 MW de generación eléctrica en funcionamiento, con microsistemas operativos en casi toda la isla, salvo en Artemisa.

El contexto de esta crisis energética se ha visto agravado por averías en varias centrales, incluyendo la CTE de Cienfuegos, que se encuentra fuera de servicio. No obstante, se han creado microsistemas de generación para mitigar los efectos del colapso eléctrico.

A nivel de infraestructura, el presidente Miguel Díaz-Canel supervisó el despacho nacional de carga y destacó el trabajo incesante del equipo técnico para restaurar el servicio eléctrico. “Es admirable la dedicación y el esfuerzo de quienes trabajan en estas horas complejas”, expresó en un mensaje a través de redes sociales.

Las autoridades cubanas han alertado sobre posibles desconexiones en los subsistemas durante el proceso de restauración, pero también han señalado que se prevé una mayor cobertura de electricidad en el país a medida que las unidades generadoras se integren a la red.

Mientras tanto, el transporte en la isla sigue operativo, con aeropuertos y trenes funcionando, y se han habilitado servicios esenciales para garantizar la comunicación.

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